La sustentabilidad se ha convertido en un tema preponderante en múltiples círculos, tanto por cuestiones de ofrecer mejoras en la calidad de vida de las personas, como de reducir y de ser posible, revertir el impacto en el medio ambiente que tiene por si misma la actividad humana en el planeta, al tiempo que se obtenga un beneficio económico que permita mantener el ritmo de crecimiento de la sociedad.
A continuación presentaremos los conceptos que rodean la sustentabilidad de un proyecto de cualquier índole (infraestructura, comunicaciones, hidráulica, etc.), algunas herramientas para medir el impacto que un proyecto tiene en el medio ambiente, las ventajas que podemos obtener al tener un proyecto sustentable y algunos casos de éxito.
Un proyecto sustentable es aquel que busca reducir los impactos negativos al medio ambiente durante su implementación, tiempo de vida de su operación y cuando se dispone de este al final de su ciclo; considera tres dimensiones: protección ambiental, justicia social y economía equitativa. Serán considerados criterios sostenibles aquellos que nos permitan mitigar y adaptarnos al cambio climático.
Desde el punto de vista del cuidado del medio ambiente, existen los Principios de la Sustentabilidad de Herman Daly, son postulados que, si son observados en el entorno de la actividad humana, nivelarían de forma significativa el cambio climatico en el mediano plazo.
"Sustentabilidad es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras, para satisfacer sus propias necesidades.
Este concepto actualmente engloba también, como ya se mencionó, que se ofrezca un beneficio social (mejora en la calidad de vida, igualdad de condiciones, participación de grupos minoritarios), lo que permite reducir los índices de desigualdad entre regiones y la incorporación de grupos marginados a las actividades productivas.
Al misma tiempo, apunta a generar un retorno económico, tanto de forma directa (durante su operación), como indirecta (ahorros derivados de la incorporación de estrategias sustentables), que permitiría la continuidad de este y fondear otros proyectos a futuro.
Es en este sentido que debemos realizar una serie de validaciones y cálculos para identificar los proyectos viables, ponerlos en operación y permitir la continuidad de un proyecto.
Para este análisis debemos:
De forma breve, comentaremos cada uno de estos para entender su impacto.
Cada proyecto será diferente, de acuerdo a su alcance, tipo, ubicación geográfica y objetivo, pero en todos los casos se deben identificar los efectos sociales, medioambientales y económicos generados como consecuencia de su implementación. En algunos casos pueden ser positivos o negativos y es en estos últimos donde debemos centrarnos para no generarlos o minimizarlos en lo posible.
Algunos efectos negativos que generan pérdidas de funciones en los servicios de los ecosistemas son la deforestación, fragmentación de bosques, aumento de emisiones de GEI (gases de efecto invernadero), contaminación atmosférica, contaminación del agua y pérdida de biodiversidad.
Para la evaluación del impacto en el medio ambiente, existen diferentes herramientas que ayudan a esta actividad, de acuerdo a la naturaleza y objetivo del proyecto en cuestión, de acuerdo a la FAO.
Una vez identificados los efectos, debemos proceder a cuantificarlos para poder determinar su alcance a través de un diagnóstico de las consecuencias positivas y negativas que generará un proyecto.
Considerando los resultados de los análisis previos, es posible determinar el nivel de impacto que se tendrá y con esto, categorizarlo de acuerdo al mismo, en lo general se identifican cinco niveles, siendo el primero el que tiene un muy bajo o nulo impacto, mientras que el quinto implica cambios que pueden requerir inversiones muy fuertes e incluso, que no haya manera de mitigarlos.
La evaluación puede pasar por varias revisiones para poder determinar su nivel real y conforme se avance, pueden incorporarse medidas de mitigación que vayan cambiando su categorización.
En base a los resultados obtenidos en la evaluación de los impactos producidos, planificamos la incorporación de las medidas necesarias para evitar los efectos negativos y potenciar los positivos. Para ello, se aplican medidas preventivas, protectoras y correctivas. Las medidas se pueden agrupar en base a los elementos sobre los que se actúa, de esta manera tenemos: eficiencia energética, gestión de residuos, consumo responsable, movilidad sostenible, difusión y sensibilización.
Si bien es cierto que no podemos dar una receta o lineamientos generales para atender o remediar el impacto negativo al medio ambiente, podemos tomar en consideración estrategias basadas en aspectos muy definidos que no solamente nos ayudarán en la mitigación, además de generar beneficios económicos al reducir los costos operativos.
A continuación tenemos algunos datos recopilados del reporte anual World Green Building Trends 2018: South America, Central America and the Caribbean, en los que se indican aspectos relevantes que tendrían un impacto importante para la sustentabilidad de un proyecto determinado.
Un caso que es frecuente es que alguno o varios proyectos no tengan objetivos comerciales, sino que sean para apoyo a la comunidad o mejoras del entorno, como puede ser la habilitación de un parque, manejo de desperdicios o creación de programas de reforestación. Estos son administrados por lo general por un grupo que incluye habitantes de la zona y facilitadores que los acercan a los recursos necesarios para iniciar el proyecto; sin embargo, en su diseño se debe preveer el requerimiento de continuar la operación al mediano y largo plazo, lo que puede ser complicado cuando no se tiene previsto obtener ingresos directos.
En este punto, luego de la puesta en marcha, se debe optar por alguna o varias de estas opciones para mantener la funcionalidad a futuro, ya que en caso contrario, el proyecto se considerará fallido al no poder continuar.
No podemos dejar de insistir, ya que la obtención de fondos, en esos casos, debe ser una actividad constante para asegurar la supervivencia y evolución de cualquier proyecto.
La sustentabilidad no sólo debe de expresarse en el papel, sino que también la debemos mostrar con acciones que se estén realizando y que en ocasiones, han recibido el reconocimiento por sus logros, estos son algunos de los casos.
Como ya lo hemos visto, no debemos considerar sólo el aspecto de cuidado del medio ambiente cuando se trata de buscar la sustentabilidad de nuestros proyectos, sino que también se cuidan los aspectos sociales y económicos, que logran generar un círculo virtuoso y aseguran la continuidad a futuro del proyecto. Una ventaja es que además de apoyar al planeta, se pueden generar ahorros durante el proceso de implementación, al utilizar tecnologías sustentables y diversas instituciones financieras apoyan proyectos sustentables con financiamiento específico para este tipo de iniciativas.
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